
El jueves le escribí a la comercial de eventos donde nos queremos casar Pati y yo para bombardearla amigablemente con tropecientas preguntas.
Entre ellas, y ya que los papeles se van a hacer esperar, qué fechas había disponibles para la primavera de 2012.
Y me ha escrito. ¡Vaya si me ha escrito!
Además de contestármelo todo, me ha hecho una oferta djkdsjfhskjfshkdfjh. Gr.
Y la verdad es que es muy, pero que muy tentadora, porque nos saldría bastante más barato todo y, en caso de no llegar a los 150 invitados (que no llegamos ni de coña), no tendríamos que pagar un tanto por ciento hasta llegar a los 150.
Me cachis, que ya me he puesto nerviosa.
Aún no he llamado al Juzgado de Paz para que nos cancelen la cita, así que seguimos con la fecha puesta a finales de junio.
Uffff...
La verdad es que si nos casáramos este año aquí, en vez de el que viene, habría muchas cosas que arreglar, pero, por otro lado, podríamos empezar a plantearnos antes el tener hijos.
Esto último es algo que tenemos en mente desde hace ya tiempo, pero la verdad es que no tengo muchas ganas de ir con un barrigón a mi boda, o de ponerme tremenda y vérmelas morada para encontrar un vestido, y "cargando" con el niño el niño el día de la boda.
Aunque no sea católica, hay cosas que prefiero hacerlas "a la antigua", la verdad :)
A ver qué dice mi corazón de melón cuando se entere de las novedades...Brrrr...
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